Pensemos en aquellos que no tendrán la oportunidad de pasar unas Navidades llenas de comodidades como nosotros, aquellos que se alegrarían solo por comer algo o incluso los que rezan por estar vivos día a día. No son necesarias las jerarquías, todos somos personas y por lo tanto todos somos iguales. A todos los que aún vivimos y a aquellos que ya se han ido: ¡FELIZ NAVIDAD!
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