"Empezaré
a escribir por no perder la costumbre. Antes lo hacía más a menudo
pero ahora me limito a ignorar las banalidades que representan estos
pequeños pasatiempos para centrarme en el deber que ahora me
pertoca.
España
antes era un país donde se vivía alejado de cualquier problema o
realidad existente, exceptuando aquellos que siempre han estado
atentos, predispuestos a luchar. No sabría si incluirme entre estás
personas porque a pesar de haber puesto todo mi empeño, no soy más
luchadora que aquel Max de Luces de Bohemia... una
comprometida, sí, pero sin llegar a poner todo mi espíritu en la
lucha.
Pero
volviendo a lo que me ha llevado a escribir de nuevo... Sé que
últimamente no me he comprometido con mi blog pero ahora soy
sirvienta de sonrisas y lágrimas. Lleno copas de angustias o de
desahogos. Ofrezco pastas a los niños y cervezas a sus padres.
Y
le sonrío la vida cuando puedo pasar una tarde en casa escuchando
música y soñando. Ya no salgo, ya no bebo, ya no bailo, ya no
deseo... Sin embargo, empecé a encontrar la dulzura y lo especial a
las pequeñas cosas: un amigo que te abraza, el silencio y la
tranquilidad de tu hogar, la sonrisa de un niño al que le das un
bombón, un beso de ese amor que no ves casi nunca..."
Puestos a poner borradores, también puede que lo haga yo, con confesiones duras y alejadas de la felicidad casual.
ResponderEliminarPues Olga, haces bien, al fin y al cabo la felicidad es eso, pequeños gstos, pequeños detalles y momentos, el que espera una felicidad permamente vive en la decepcion eterna