PRIMER
DÍA CON LA IRLANDESA.
Este
verano ha sido aburridísimo. Además, estoy más o menos sola con
todos mis amigos chicos, ya que las chicas se han ido de viaje pero
yo, como estoy sin blanca, pues nada.
Una
chica irlandesa vino de intercambio a casa de una buena amiga mía.
La verdad que en el poco tiempo que la conocí me cayó muy bien y
parece ser que yo también a ella, eso o es una actriz estupenda. La
verdad que ir con esta amiga mía y la irlandesa es una depresión
para mi autoestima.
Primero,
porque mi amiga es una chica alta, morena de piel, ojos marrones,
pelo castaño y muy agraciado, cuerpo espectacular forjado en años
de ballet,... entre otras grandes cualidades. Segundo, la irlandesa
es una chica pequeñita, de pelo liso y rubio oscuro, con ojos azules
que parece que te puedes ahogar en ellos, la cara con pequitas como
si fuera pelirroja y su piel, en vez de ser blanquita, era morena, ya
que había estado un mes bajo el sol abrasador de Cádiz. Ahora,
¿podéis decirme que pintaba una chica como yo con ese par de
modelos? Porqué para quien no lo sepa soy una chica más bien
normalita, rechoncheta (“bien maja”, que dice mi abuela), ojos
verdes (que para colmo cambian de color cuando les da la gana), pelo
negro, o al menos lo era antes, ahora es medio castaño y, además,
entre rizado y ondulado, lo que significa muchos nudos que quitar
todos los días e imposibilidad de que el pelo quede más o menos
decente.
Pero
bueno, aparte de todo eso, esos dos días que pase con ellas fueron
geniales. ¿Qué geniales? Estupendos, magníficos, supremos...
Bueno, sin pasarse. Yo, que estaba agobiadísima con algunas de las
tonterías que estaban haciendo los chicos esa semana, decidí salir,
tomar el aire y ¡tachán! Me encontré con ellas. La irlandesa
estuvo hablando conmigo y conocimos a los amigos del novio de mi
amiga. La verdad que, a pesar de que todos estaban loquisimos, eran
buena gente.
Más
tarde fuimos a un pub. Un pub con aspecto australiano llamado
Wallaby's pero que al entrar ese día, estaba lleno de guiris (hay
que ver los efectos del FIB). Al pub no se le ocurrió otra cosa
mejor que aprovechar que ese fin de semana era el FIB (Festival
Internacional de Benicassim) y hacer el FIC (Festival Internacional
de la Cerveza). En ese pub nos juntamos la irlandesa y yo, las dos
unas vergonzosas de cuidado, y parecíamos dos palos en medio de
burbujas bailoteando a su manera a nuestro alrededor. Vimos a una
inglesa desmelenarse y ocupar media pista bailando de forma extraña.
Además, un guiri negro, que media dos metros, se nos acercó a la
irlandesa y a mi: “¿Quiereis baiflar?” Y las dos, casi a
la misma vez, movimos la cabeza muy rápido hacia ambos lados y nos
fuimos buscando la ayuda de los amigos del novio de mi amiga que,
como imaginábamos, estaba fuera dándose el lote con el novio. Los
encontramos enseguida porqué ellos daban el cante igual o más que
los guiris. Vi a dos chicos bailando a salsa, más tarde a tres
perreando e, incluso, a uno que está cojo dándolo todo en la pista.
Y entonces, vino uno con su cubatita hacia nosotras: “¿Por qué
no bailáis?” La respuesta fue: “No estamos lo suficiente
borrachas para bailar esto” y mientras decíamos eso volvíamos
a mirar a la inglesa dándolo todo, hacia arriba, hacia abajo, con
sus … amigas delanteras bailando al mismo ritmo y a punto de
salirse por su pronunciado escote.
Al
final, la noche se desarrolló correctamente. Digamos que estuvo bien
e, incluso, tanto la irlandesa como yo nos llevamos de regalo un
llavero muy bonito. Además, nos quedamos fuera del pub un buen rato
con uno de los amigos del novio de mi amiga que intentaba aprender
inglés hablando con la chica. La verdad que, a pesar de su
spanglish, el chico se defendía. ¿Qué opináis que es, spanglish o
spaninglish? Hubo un gran debate sobre eso y viendo el chico que no
podía defender su opinión de spaninglish, aclaró: “Mira allí
será spanglish, pero aquí de toda la vida spaninglish”.
Además estaban hablando tanto rato que les medio ignorábamos
algunas veces hasta que escuchamos que él decía: “The boy
throw a firework in my trousers and me: ostia! Ostia! Qué el pavo
ese ma tirao un firework!” Si no lo entendéis no os preocupes,
nosotros tampoco, pero nos reímos muchísimo. Como esa parida
hubieron varias pero tanto me reí que no sabría contarlas con la
misma gracia.
Al
final, entre pitos y flautas, llegábamos a casa a las 5:30a.m. pero
se me ha olvidado deciros que era un jueves y yo, al día siguiente,
a las ocho de la mañana ya tenía que estar en pie, aparentando
haber dormido ocho horas, como recomiendan todos los médicos, aunque
no lo cumpla nunca.
Un panorama hecho en el cielo con ángeles y una levantada temprano que nos recuerda la importancia de ser cautos. Pero felices.
ResponderEliminarEntretenido relato.
Besos.
Qué bueno!! Me has hecho sonreir, y eso ultimamente me estaba costando un montón. Por cierto, los ojos verdes son los mejoressssss!! (es que yo los tengo verdes, jeje) Ah, yo también soy de esas que tienen el pelo entre rizado y ondulado... y cuando está rebelde no hay quién lo domine. Supongo que también me ha gustado porque me he sentido bastante identificada.
ResponderEliminarUn abrazo!