Señor
Presidente:
soy
una niña de cinco añitos. Le escribo para que sepa mi historia. Mi
papá se quedó en el paro. Mi mamá también. Nos quedamos sin casa
y ahora vivimos con mis abuelitos. Mis abuelitos duermen en su cama,
mis papis en el suelo y yo en el sofá. Mis papis dicen que todo está
muy mal, que el euro nos ha hundido pero yo no sé nada de eso. Solo
se que los dos van todos los días a buscar trabajo y yo mientras me
siento en la esquina de un supermercado, muy quietecita, con un
cartelito que tiene algo escrito. La gente me mira con pena y se
arriman a darme moneditas pequeñas de 5 o 10 céntimos. Algunos me
traen algo de comida pero me lo como tan deprisa que muchas veces me
sienta mal. Al principio estaba yo sola y la gente me daba más cosas
pero ahora somos cinco personas sentadas en la misma esquina. A la
tarde vienen mis papás a recogerme y vamos a casa. Allí mi madre
llora y me abraza, mi padre chilla cosas sobre política y se
desespera, y mis abuelitos ponen cara de pena. Llega la hora de cenar
y comemos un trozo de pan con un poco de arroz del día anterior. Al
día siguiente es mi mamá quien va al supermercado y yo acompaño a
mi abuelita al médico. Escuché que decían que estaba muy malita y
vi como mi abuela lloraba. Luego fuimos a la farmacia y decían que
ahora tenía que pagar dinero por sus medicinas, que usted lo había
dicho. Mi abuela miró al farmacéutico por última vez y se fue a
casa conmigo de la mano. “¿Estás bien abuela?¿Qué pasa?” Ella
no contestó y simplemente continuó su camino. Pasamos por delante
de un colegio y los niños que estaban dentro me miraban raro. Al
llegar a casa vi a mi madre y dijo que no le habían dado nada en el
supermercado. Mi padre llegó a casa ahogado de tanto correr. Llevaba
entre sus manos algunas frutas y verduras. Además parecía que algún
hombre malo le había hecho un corte en el brazo. Mi abuela les dice
a mis papás lo que le ha dicho el médico y ellos se asustan porqué
dicen que es la abuelita la que consigue algo de dinero del gobierno
con su pensión aunque esta sea bastante pobre también. ¿Sabé
usted que en pocos días nos quitan el agua, la luz y la casa de mis
abuelos? ¿Dónde viviremos señor? Le pido ayuda, pero ayuda de
verdad. Necesito una educación digna pero, sobre todo, necesito que
mi familia y yo podamos comer y podamos estar sanos.
Un
niña.
–>
Miles de casos parecidos ocurren en España y, cada vez, va a haber
más ejemplos de esta injusticia. ¿Debemos permitir que esto
empeore? Por favor, amigos, compañeros, ciudadanos, compatriotas...
alcémonos en contra de esta situación.
** entrada totalmente escrita por mi**
Impactante, sin embargo muy realista..
ResponderEliminarAgh.. esta es la realidad de muchos
y deberiamos hacer un poco de conciencia,
recordemos que no es el pueblo quien le debe temer al gobierno, sino es el gobierno quien le debe temer al pueblo.
Last.__.JigSaw
Segunda vez esta noche que se me llenan los ojos lágrimas. La primera fue por un mail que me envió David. La segunda, ésta, en que he leído este post.
ResponderEliminarDemonios...