Cada
noche, sí, cada noche. Lloro entre sabanas de amargura ardiente. No
es por ti, ni por él, ni por ella, ni por vosotros... lloro por mi.
Por mi y mi desequilibrio sentimental y psicólogico que me causa
esta situación insostenible. Desestructura familiar, dispersión de
las amistades, dificultad económica. Sin embargo, yo, espartana de
esta sociedad en ruinas me levantó por la mañana. Me levantó y
lucho. Lucho por aquello que me pertenece, aquello que es mio.
Recorro las calles en mi lucha contra el desempleo, encontrando con
mucho esfuerzo un pequeño trabajo. Me neutralizo y mido mis palabras
en mi lucha contra la desestructuración familiar, esperando la calma
de tiempos mejores. Me informo de mis amistades y les ayudo en lo
posible por no verme aislada de su grupo. Lucho porque lucho y no me
arrepiento de ello. Tal vez me haga sumisa, pero de estas penas
crearé mi fortaleza.
=D, que profundo, parece mas que nada una historia n.n, te a quedado muy bueno, besos de tu FAN
ResponderEliminar-Agus-
Esa es al fin y al cabo la esencia de la vida, la materia prima del día a día, luchar, incansablemente contra viento y marea pues somos un barco que no puede hundirse. Eso es crecer, es madurar y quien no lo hace jamás abandonará las tierras donde gobierna Peter Pan. Besos animosos
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