miércoles, 10 de agosto de 2011

Observar.


Aire en la cara, conjunto de sentimientos, se unen en la parte trasera de un coche bajo la lluvia.

Allí sentada con la música altísima, decidí pensar en todo lo vivido y lo que queda por vivir. En todos aquellos viajes entre montañas que recuerdan a aventuras de libro. Y decidí cambiar mi pensamiento de formato. Mi vida no había estado tan mal como lo pensaba e imaginaba en mi mente. Vi representada en mi cabeza una imagen en la cual yo sonreía pensando en lo feliz que eran los demás, en la naturaleza, en todo aquello que me recuerda que sigo viva.

Puedo tocar la tierra y dibujar en ella con mis dedos sintiendo la rugosidad de sus piedras. Puedo oler el aroma de la manca de contaminación en los espacios abiertos. Puedo escuchar a las aves volando libremente por el cielo que nos cubre. Puedo degustar los productos de nuestra madre tierra. Puedo ver el paisaje y ver como crecen día a día las preciosas flores del campo.

Nos rodean cosas pequeñas pero hermosas. ¿Porque nadie puede apreciarlas?

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