(Un texto de hace algún tiempo, me disculpo de nuevo por mi ausencia)
Pensad
en vuestros momentos más cariñosos, en vuestros momentos débiles.
Así estaba yo ante aquella situación. Yo, perdida en sus brazos,
borrando mis heridas con su piel, mi soledad con sus labios y mis
lágrimas con su sed. Hacía tiempo que mi rostro no tenia una
sonrisa tan radiante, ni mis mofletes, el rubor del pecado. Sin
embargo, en el momento más inoportuno o más inesperado, tal vez
esta última sería la mejor definición, vuelven a contactarme
viejas heridas de un pasado amoroso ya borrado de mis entrañas y
almacenado en lo profundo de mi alma. Pero yo no soy nada de nadie,
ni mujer, ni objeto, ni pareja, ni ser. Entonces, vuelve el peligro
de mis palabras, de mis viejos placeres, de mis falsos pecados.
En
un pasado no lo remedié, pero este tal vez lo haga, buscando en tus
ojos mi dirección y en tus manos mi apoyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario