lunes, 29 de abril de 2013

Sobrevivir cuando ya estás muerto (XVII)



XVII


  • ¡Adam! ¡Adam! - chilló aquella niñita, jefa de esta base en este mundo infernal - ¡Despierta, hombre!

Adam se levantó sin muchas ganas pero enseguida pregunto: “¿Cómo está Vanesa?”
Mila sonrió y lo miró impacientándolo más.

  • Está bien. Demasiado bien diría yo... Ha desaparecido de la enfermería. Pero yo no venia a hablarte de eso. Eres libre, con una condición... tendrás la supervisión de un amigo mio.
  • Está bien... - dijo saliendo corriendo de aquella prisión.

Adam solo tenia algo en la mente: Vanesa.


En la habitación de Ángel...

Los susurros de Ángel resonaban con mi nombre en mi cuello mientras lo besaba con pasión. Llevábamos algún rato unidos por su enorme miembro sexual pero, aún así, cada embestida me sorprendía más que la anterior y sentía que todo dentro de mi se estremecía. Sus manos aferraban mi cintura a la suya con una fuerza que no era normal. Mis manos estiraban de su rubio pelo al ritmo que él masajeaba mis pechos. Recuerdo sentirme extraída de todo, volviendo a sentir que no sabia nada ni conocía a nadie. Pero salí de mi fantasía cuando Ángel se apartó de repente. Había sangre en mi estomago y él se apresuro a ponerse una camiseta.

La puerta se abrió de par en para, en la tenue luz se distinguía una silueta que conocía muy bien... demasiado bien decía mi cuerpo.

  • ¡Maldito hijo de perra! ¡Aparta tus manos de ella o te vuelo los sesos! ¿Qué le has hecho? - dijo sin soltar su arma mientras se acercaba a mi.

Ángel no contestó. Se acercó a mi para cogerme en brazos y llevarme de nuevo a la enfermería. Adam se puso nervioso e iba a disparar pero sin controlar la dirección. De repente apareció Ivan y cogió el arma de Adam e hizo que apuntara hacia el suelo.

  • Señores, ya esta bien de tonterías. ¡A la enfermería! ¡Rápido!

Ángel no tardo ni un segundo en llegar delante de Leire, que me miraba preocupadísima. Me metió en una sala llena de médicos y perdí la conciencia completamente.

  • Tu padre me matara... Volvamos – dijo Adam en aquel restaurante cutre al lado del mar.
  • Te dije que yo ponía las normas si salíamos a cenar, ¿no? - miré hacia el mar –. Paseemos mejor.

El mar estaba precioso y la luna... la luna hermosamente llena. El sonido del mar se metía en mis tímpanos y volvía loca a mi cabeza. Corrí un poco y me giré a mirarlo.

  • ¿Conoces la historia de Hades y Perséfone? - dije mirándole a los ojos.
  • Sí, ¿lo dices por el proyecto de tu padre “Hades y Perséfone”?
  • Sí … Pero ese proyecto no es factible, no se puede viajar al inframundo, ¿tu que crees?
  • Yo no sé nada. Pero si se puede... nosotros lo conseguiremos – acarició mi mejilla.
  • Yo no seré como Perséfone... yo no me dejaré engañar.

Me quité las sandalias y metí los pies al mar.

  • Bajo la luz de la luna pareces una diosa. Hermosa como Afrodita e inteligente como Atenea – dijo mientras se metía conmigo.
  • No sabía que te gustaba la mitología... - cogí su mano.

Empezó a cantar dulce y alto una melodía que siempre había dirigido a su amor, el mar, y que hoy me la dedicaba a mi bajo esas estrellas:

Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa,
y escondido tras las cañas
duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,
y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Al acabar su canción se besé los labios y corrí fuera del agua.

  • Se acabo el tiempo Adam, -dije sonrojada – pero quiero salir contigo otra vez. Y te recogeré yo.
  • Vanesa, ven que te llevo a casa.
  • Prefiero pasear hasta casa. Gracias por todo.

Empecé a tararear aquella cancioncilla de mi pasado y alguien me cogió la mano... “¡Vanesa, Vanesa!” Después de decir mi nombre empezó a cantar esa canción de mis recuerdos y abrí los ojos.
“Siempre me despiertas así Adam”.Vi que no estaba Adam solo sino estaban también Ángel y Leire.

  • ¿Lo recuerdas Vanesa? Me recuerdas por fin, ¿no? - dijo Adam mientras me abrazaba.

Ángel se marchó.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Me encanta!!! Sigue con la hostira por favor que me está encantandooooooo.

    Me ha enganchado como una droga, y quiero morir por su sobredosis :)

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  2. Wow, que giro, ¿lo recuerda?, que pasa con Ángel?, siempre me gusto Ángel, ¡siguela please!, besos
    -Agus-

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