jueves, 14 de julio de 2011

HASTA SIEMPRE

Cuando te dicen un HASTA SIEMPRE el corazón se encoje, se estremece, se enfría... Esos amigos que tengo me están diciendo en dos palabras que no me quieren volver a ver, que ya no soy como antes, que el tiempo me ha cambiado. Yo, que a pesar de ser una despedida aunque habláramos a través de una pantalla, solo podía llorar apretándome con la mano el corazón. Se pasó la hora de reír sin preocupaciones, ¿que fue lo que rompió la amistad? Parece extraño pero pienso que es cosa de la confianza. Había demasiada confianza.
Sigo sin acabar de entender esto. De pequeños siempre nos habíamos compenetrado con nuestras diferencias. De pequeños... todo era más fácil entonces. ¿Quien no nos recuerda jugando a cualquier tontería y discutir por quien había ganado? Todos hemos sentido ese momento de felicidad cuando ves que eres más alto que tu amigo o que corres más. Aquellas preocupaciones eran mínimas, se basaban en SER FELIZ. Ahora sin más interrupción mi corazón crea otra fina capa de escarcha encima de él pero ahora lo recubre con unas espinas. Era demasiado frágil para dar cariño y confianza a alguien y ahora ha sufrido las consecuencias. De un mal día, de un mal tiempo, de un mal momento y de un amigo mal cuidado, una amistad destrozada.

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